lunes, 16 de septiembre de 2013

Yo, y yo.

Esto surge de una conversación con mis suegros...


Ahora recuerdo, que desde chico creía en Dios, por mi madre y mi abuela, hasta aproximadamente los 14 o 15 años. Después me empecé a cuestionar ciertas cosas y me hice ateo. En mi caso es cierto eso que dicen que para ser ateo alguna vez tuve que creer. Y no digo que esté mal. Pero ubueno, de más grande comencé a creer en mí mismo, a tomar mis propias decisiones y responsabilidades, a creer que las cosas pasan porque son situaciones posibles, y que no lo manda un dios. Pero sí creo en que todos se conectan energéticamente. Por ejemplo, yo puedo sentir la energía de la gente, ver el aura, me comunico con los perros (por eso lo llamo instinto canino). Y por ahí parece medio loco todo eso, pero yo eso lo puedo ver y sentir, no como Dios. Y creo que las cosas no pasan por milagro, sino por la voluntad de las personas, la mente es muy poderosa.
          Y volviendo al comienzo, cuando creía en Dios tenía muchas actitudes negativas, temperamentales. Pero cuando empecé a creer en mí mismo y en mi voluntad cambié mucho, y no necesité ir a una iglesia. Y no soy chico. Soy lo bastante grande como para tener mis propias creencias, que son muy firmes.
          Yo vivo el presente, no estoy pendiente del inicio de la vida, ni creación, ni evolución, ni nada. Y tampoco le tengo miedo a la muerte. Es como dormir y no saber que soñás. Sólo que nunca despertás. Y eso me deja más tranquilo que creer en Dios y estar haciendo cosas para dejarlo contento y tener una entrada al paraíso.
          Qué se yo, por ahora pienso en esas cosas, es tarde y tengo sueño.

-Ah, y voy a dejar la libreta a mano por si surge alguna cosa interesante en mi cabeza. (Como el número más ignorante (uno nunca sabe)) (?)

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